Friday, October 26, 2012

Por eso


Estoy enojada contigo, yo te invité a quedarte y no quisiste, con tu partida lo arruinaste todo, el orden que venía ganando la danza de la realidad perdió su coreografía, ahora todos tenemos que aprender a bailar sin ti, a sólo acordarnos de tu risa, a solo agradecer ñoñamente por haberte conocido, como si eso nos quitará la tristeza de las venas, como si eso nos devolviera tus abrazos. Estoy enojada contigo, yo te mostré en vida y en túnel de traspaso lo bello de estar aquí, como aquellos tequilas pendientes de bebernos; los cigarritos que faltaban por fumarnos para terminar con el oxígeno en nuestros pulmones y la elasticidad de nuestra piel; las fotos que nos tomaríamos en la torre más alta de Nueva York; las noches mirando las estrellas en Zacatlán de las Manzanas, lugar que por cierto ya nunca conociste; las veces que mirarías a Lola persiguiendo a las moscas; los milagros que de tus ojos podrían brotar si te enfocabas. Estoy enojada contigo porque no te quisiste quedar, a pesar de que te dije cómo le romperías el corazon a ella y lo mucho que te extrañaríamos, por tu culpa ya no creo en la muerte con resurrección, ni en la vida eterna; por tu culpa a ella cada vez le dan más ganas de irse y menos de quedarse; con la tristeza melancólica que nos dejaste de recuerdo, toda mi sensibilidad me distrae y me provoca cometer errores que me alejan de lo bueno de la vida. Estoy enojada contigo, porque nunca pensé que te extrañaríamos tanto y que tendríamos que festejar tantas cosas importantes sin ti. Es tan difícil algunos días, sobreponerse a tu ausencia, como nunca lo imaginé. Por eso estoy enojada contigo.

Saturday, September 15, 2012

Musas

Hay días como hoy, que después de ver una película donde un escritor controla la vida de alguien más como si fuera un personaje de su actual novela, me dan unas ganas incontrolables de escribir. Pero la literatura y la música son dos musas que requieren de cortejo, cuando uno las deja se vuelven secas, sosas y duras, hay que ablandarlas primero por el alma, llevarles flores, sonreírles y pedirles perdón por haberlas abandonado tanto tiempo, si no es difícil que vuelvan a dejar que sus mágicos aromas inunden el cerebro y así uno queda con la mente llena de recuerdos y fantasías, atormentando el presente, sin saber a donde ir, pues ni por los dedos ni por la garganta hay expresión suficiente que ayude a volver a reír.

Thursday, June 14, 2012

Alma de perro

Juego a imaginar que te dejo, que me voy, nos dejamos, la despedida, el ya no me busques, no me llames, aunque insistas ya es muy tarde y todas esas vanalidades de las canciones de los ardidos. Juego a imaginar que te borro del feisbuc, del tuiter, del pitter, y del miter, y de todos los -ucs- y -iters- del amor contemporáneo en donde uno ya nunca más puede dejarse pues siempre está ahí. Juego a imaginar que ya nunca más veo a tu gente, que consigo nuevos amigos, nuevos círculos, triángulos y cuadrados sociales. Intentar otra vida, regresar a la mía, una que no conozco sin ti, dejarte a mis perros, confiar en que vas a cuidarlos porque son parte de mi alma, juego a que dejo de dejar cosas en tu casa, que me llevo todas las mías, hasta lo sombreros, las maletas, la máquina de la abuela -aunque no tenga donde ponerla-, llevarme mi cepillo de dientes, mi shampoo, mi jabón, mi ropa, mi energía, mi pijama, mi alma. Juego a imaginarte con otra mujer y a imaginarme con otro hombre, pero la pesadez me aplasta las ideas y el miedo a perderte me empieza a amarrar el corazón. Luego sólo juego que ya no juego a nada, sólo a tener tu sombra, tu recuerdo, tu misterio, tu rastro, tu camino, tus huellas. Juego a que en un futuro inexistente me daba cuenta de que eras el amor de mi vida y te perdí para siempre en los juegos de dejarnos. Y entonces me quedo quieta, ya no quiero jugar, dejo de divertirme, dejo de fantasear, mi alma de perro sale a flote, me viene el frío al pelaje, la temblorina de la ansiedad, la mirada desmerecedora y prefiero no hacer nada más que dar vueltas como aquellos que están en la calle y antes de acostarse en el asfalto frío y olvidado, hambrientos y con la desesperanza en el hombre, flacos y solos, se disponen a jugar el juego del día: el baño de sol. Entonces sólo juego a imaginar que mi alma de perro, deja de jugar a que juega que te deja y te deja jugar a que me dejas de dejar, para luego dejarnos jugando a que jugamos a que nos dejamos sin dejarnos, bajo el sol.

Tuesday, June 12, 2012

Contigo

Contigo aprendí a mutar, a metamorfear, a descubrirme en la unidad y en el conjunto, en el universo y la lontananza. Aprendí a aborrecerte, a adorarte, aprendí a conocerte a ignorarte, a quererte y a alejarme. El amor que alguna vez pensé que era el amor, desde los lugares comunes contigo adquirieron un nuevo y total sentido, las alas del deseo se extienden por sobre mi cabeza entonando una melodía de libertad que asusta tanto como brincar al vacío. Contigo aprendí a nadar, a conocerme, a reconocer en mi al malvado, al vengativo, al deshonesto, al mentiroso, al tramposo, al vanidoso, al egoísta, al soberbio, al vulgar, y al mismo tiempo al temeroso, al inseguro, al niño consumidor, al que busca aprobación, al que no es nada sin los mimos, al que se deja, se acongoja, se tira, se golpea las caderas por asco a su gordura, descubrí que las palabras son los látigos más profundos para el corazón, que la verdad no siempre ilumina y que el pasado a veces debe quedarse mejor con uno. Has sido el maestro de mi corazón, el extra- terrestre que conquistó mi tierra, el árbol que agarró mi raíz y también el que rompió el concreto de la calle donde pasaban a mirarme los niños y a jugar conmigo, eres la maceta que me quedó pequeña, el parque que me quedó grande, la bici que terminé domando y la motocicleta que me tiró por osada. Después de adentrarme en lo más profundo de mis cuevas, aquellas que ni yo misma conocía, me enseñas como buen maestro una vez más que el camino es con uno mismo y me tomó muy en serio la lección quedándome en el frío del intelecto, mientras descubro la calidez de mi cuerpo y le dejo de contar mentiras a mi nuevo y femino corazón.

Friday, May 11, 2012

LA EXPERTA EN AUTO-DESTRUIRSE

Después de casi tres semanas de estar encerrada empezaba a valorar mi salud como el tesoro más preciado, no era sino hasta ahora que me daba cuenta del valor de mis vísceras, esas de las que durante tanto tiempo renege y a las que ataqué con toda clase de sustancias y alimentos dañinos, naturales, sintéticos y hasta uno que otro pensamiento fatalista y suicida. Ahora que me faltaba la vesícula por consecuencia o por causas desconocidamente genéticas según indicaba el médico, la computadora se había vuelto mi arma, apenas descubriendo que en el encierro de mi propia mente y espacio, de visita en la casa de mi amor, ni las películas de Jodorowsky, ni la música pacheca de Royksopp podían salvarme, sino la meditación, la reflexión y la escritura serían la única salida a aquellos episodios de euforia y decepción, que me acompañaban. Pensaba en guiones de películas, fotografías, instalaciones de arte contemporáneo, fotografías como el tapón de la olla express de mi cabeza, si tan sólo pudieran ver lo que yo veía, pensar lo que yo pensaba… pero no es artista el que es sensible sino el que sabe expresar la sensibilidad. No es genio el que piensa sino el que se arroja sobre la vida escupiendo sus ideas y además le atina al blanco. Así pues, me decidía a empezar esta vez sí, el proyecto grande de mi vida, el libro, la película, el Jarri Ploter de la depression del adulto contemporáneo. Quería ser la JK Rowling de los pobres y mientras leía propaganda de AMLO y posteaba imagenes ridiculizando al próximo presidente de nuestro país en Facebook, comía un arroz disque estilo chino con pollo, sólo porque le eché soya, como protagonista de mis ya predecibles menús de dieta blanda indicados por el doctor que me había metido el cuchillo al vientre hacía solo 13 días. De tanto comer pollo ya me estaban saliendo plumas, de tantas plumas ya me estaban creciendo alas, pero aún no podia volar y cada vez que las poquitas alas empezaban a aletear, se caían a pedazos y se las comían mis perros Chankla y Tomate. El candidato a la presidencia por el Partido Revolucionario Institucional había visitado en aquellos días las instalaciones de la Universidad Iberoamericana como parte de sus esfuerzos de campaña, y lo habían sacado de ahí a abucheos, una aparentemente renovada juventud desenfrenadamente psicótica, en el hartazgo del manipuleo se atrevía a gritar palabras como: Cobarde, Asesino, y la expresión No te queremos. Y yo desde mi trinchera de la enfermedad sonreía en mi interior, pero también me asustaba, muchos de los que estaban ahí seguramente eran también hijos de papi beneficiados por un mismo sistema que sostiene la candidatura del peinado caballero. ¿Era acaso esta la verdadera llegada de la revolución sin manos que el conjunto Fobia había compuesto durante mi estadía en la Universidad, y que coreabamos injundiosos con el fuego en el alma, mi grupo musical AIMA y yo? ? ¿O era simplemente el fenómeno mediatico del Big Brother y el caos de una sociedad que ni sabe lo que quiere, pero lo que tiene no lo quiere y lo avienta? Como yo, que con un trabajo que pagó mi operación en uno de los mejores hospitales de México, no tenía ni tantitas ganas de regresar y mi cuerpo estaba haciendo tan de las suyas, que me había saboteado con la recuperación necesitando otros 7 días de incapacidad para lograr estar al 100%. Tomate y Chankla más aburridos de mi propio aburrimiento me miran desde su camita, y yo me pregunto con voz de perro: ¿Será que en estos siete días lograré algo o simplemente será una pausa en mi alienada vida, esa de la que me quisiera deshacer brincando de un puente peatonal mental, cuando no encuentro la salida?

Friday, May 04, 2012


Amo la vida tanto que la odio, pues un día se acaba. Darme cuenta que la reflexión no termina con la adolescencia, y el buscador no se acaba con la madurez, es igual a aceptar que el niño no muere por más que quieran matarlo, sólo se entristece ante la ceguera de los otros por sentirse vivos por siempre, por ganar un juego basado en la nada. En la búsqueda por la inmortalidad el hombre comete cualquier cantidad de fechorías y tonterías, yo me acepto así, como el loco mariposa, el coyote demente, el venado ciego, el perro andaluz, por eso me seguiré tatuando, aceptando que soy una romantica adicta al sufrimiento desde la perspectiva budista y que insisto hasta la enfermedad enganchada en este juego de platos rotos y kola-loka en lugar de corazones; pero al menos es lo único que puedo hacer en mi impotencia por aceptarme ser nada; un grano de arena que desaperece; que está y no está; que es y no es; que vive en los grises de la risa miserable de la vida-muerte, día-sueño, noche-amanecer y que es sin ser, en cada parte de su ser que muere y envejece a cada segundo. Mi piel así como único vestigio de mi existencia quedará pintada de colores para otros, aquellos que me vean morir y desvanecerme en el eterno arenal del tiempo universal, del niño santo; del hikuri; del fuego interno que se apaga en el corporativo de la vida engañada por el logro de ser alguien importante; del alien que se suma para producir engañando a otros y que hoy, en la conciencia del juego muere; y tilda al juego mismo de tener sin tener sabiendo que todo lo perderá menos su despertar; del loco que se avienta a volar sin alas confiando sólo en su locura; de esos mis ojos en la espalda que ya no saben hacia donde mirar y se cierran al embriago del interno silencio, que resuena en los granos de arena del mar.

Wednesday, February 22, 2012

Otra vez

Otra vez los de los cuarenta kilómetros por hora, los que no quieren llegar a sus casas, o seguro se levantan después de las siete o acaban de salir de trabajar y se vienen geteando en el auto a causa de sus aburridas y miseras vidas. Otra vez los que estorban, los que no piensan que no son los únicos en el mundo, que sus deseos y tristezas no son de ellos sino de toda la humanidad, otra vez me topo con los lentos de aprendizaje y retardados de sensación, los zombies que anidan la ciudad enajenados en un estilo de vida que no son capaces de sostener. De nuevo los que empujan en los altos, los que avientan la corporeidad del auto al vacío cual excremento arrojado en el recuerdo, las señoras en sus camionetas, los evolucionados en sus bicicletas, todos apostándole a las llantas, a los cuarenta o veinte o diez kilómetros por hora. La inconsciencia hecha burbuja y metal, la evasión de la isla perpetua en el tráfico incansable, la densa saliva de la Coca-Cola caliente comprada a una víctima más de los cuarenta kilómetros por hora y toma por trabajo la venta de chescos en medio del mar de coches, el cigarro solitario con Mariano o la muchedumbre de Toño, ese que ni sabe a nada, porque ya ni sientes las nalgas, te vienes meando desde hace veinte minutos y no vas ni a la mitad del camino. Delante tienes un pendejo que viene a cuarenta, sí a cuarenta, como los cuarenta que están a punto de llegarnos, esa edad que nos pisa los talones, con la infertilidad y la muerte asomandose en la esquina del salón, así se nos va la vida, sentados, moviendo los piecitos, atorado en el segundo piso a cuarenta kilómetros por hora.

Sunday, February 19, 2012

El domingo



El domingo es un día que carece de recuerdos, el silencio ensordecedor de los negocios cerrados, los tianguis de las calles y las familias reunidas no permiten evadir la tristeza. Las sonrisas se guardan para el alma y la política no tiene cabida, ante la verdadera razón del existir: el descanso.

El domingo es el shabasanna de la semana, la misericordida del verdugo, la veda de la pesca y la compasión de la guerra, un día en el que ni caminando por las calles puedo dejar de pensar en tí. La cama pronto se vuelve madriguera, pero también prisión de cobijas y sueños, el café huele a retiro permamente y los huevos en el sartén repican cual campanas llamando a la misa matutina, pero nada sabe igual si tú no estás aquí. Todo se vuelve una matiné sin palomitas, una plaza sin mimos, un concierto sin acordeón; me haces tanta falta que ya no sé si te quiero o te necesito, ya no sé si soy tuya o eres mío o somos de los dos.

Este domingo me trajo tu recuerdo y ante la disyuntiva de ponerme a leer o escribir sobre éste, decidí por lo segundo. Me arropo el alma con tus palabras antañas y las propuestas inocuas de la actualidad aprenden a nadar en la evasión de mis dedos en las teclas del computador. El domingo es el día que me dejaste, me abandonaste a una mente sin recuerdos, como las frágiles palabras que me diste para evitar que me fuera, y heme aquí, en soledad, en un domingo, esperando verte pero no retenerte, observando a las familias, a las parejas, a los perros correr tras la pelota en chapuzón por la fuente del parque, las palomas picoteando un maíz inexistente en las banquetas y los vendedores tratando de vender piratería, todo en un domingo, como aquel, donde el fantasma de tu recuerdo y tu figura presente se entremezclan, dejándome un nuevo sabor a amanecer.

Thursday, January 26, 2012

Dos días en Oslo


Dos días en Oslo, sola, en mi soledad, caminando por las calles, averiguando qué camión me dejaba en donde quería, escarbando en la soledad de los parques, admirando la soledad de sus elevadísimos precios, hurgando en la soledad de la cocina de un departamento de soltero, lavando los solitarios platos del desayuno con salchichas solitarias recién compradas por alguien que no suele hacer el supermercado, rezagando las miradas perdidas de un Edward Münch al que comprendo perfectamente en su depresión, con este silencio funesto en los paisajes perdidos de la montaña, con estas mujeres hermosas y gélidas como reinas del hielo de la película Narnia, a dos pasos de Svalbgard me siento ya un oso perdido y mi soledad me remonta a tu mirada, y quisiera tanto estar contigo aquí y que vieras, lo solo que está esto sin ti, lo mucho que me haces falta, pero aprender a estar sola es una lección que tu también deseabas que aprendiera, por eso camino de nuevo los zurcos, sola, a veces con Marte, a veces con Roberto, con Armando, a veces con otros mexicanos que están aquí perdiendo la cordura en la soledad, a veces con nadie, a veces contigo en mi mente, camino, camino, camino, alcanzo las últimas horas de luz en la escultura del niño chillón y no hay nadie con quién reírme, por qué me expuse a esta soledad, por qué elegí este camino, por qué insistimos en alejarnos, por qué insistes en hacerme vivir experiencias solitarias con otras personas, acá tan lejos de todo, siendo invisible, en el tranvía, en el subterráneo, en las tiendas en donde no puedo comprar nada con mis solitarios pesitos vueltos coronas, donde los amigos abrazan, invitan pero en realidad no son mis amigos, son amigos de la soledad, sólo por dos días en Oslo.

Tuesday, January 17, 2012

Del desnudo


Del desnudo del plural y la convivencia, construir barreras,
crear muros, bardas, puertas, ventanas, timbres al corazón
Llamadas telefónicas que de nuevo al inicio nos lleven a la conquista,
el cortejo, el “te quiero conocer”, el tan sobado “quiero contigo”
Volver a entregar poemas, flores, chocolates,
ir a tomar un helado, al cine, al parque a caminar,
invitarme a acostarme contigo por primera vez,
…como la primera vez.

Crear del conjunto al singular del corazón,
al espacio para estar solos, después de tanto tiempo de acompañarnos,
cocinar el postre, preparar el café para la esperanza,
la pasta con la salsa del encuentro, la sobremesa del corazón y la gloria.

A la tumba de los enojos, los reclamos y los desencuentros
llevarle flores, veladoras y dejarla atrás.
Asistir al nacimiento de un nuevo ser, una nueva burbuja de amor,
el experimento de dos almas experimentadas que saben
que no se pierde nada volviéndolo a intentar.

Separarse del apego corporal, de la cama juntos,
los ronquidos, las flatulencias, los aromas,
separarse del aburrimiento de lo cotidiano del día a día,
de la costumbre, del saludo matutino con olor a moneda,
de las familias aburridas mirándose en las navidades,
de los aniversarios sin sorpresa, del misionero, del “hasta mañana”.

Del desamor, pasar al romance, del romance pasar al amor
las veces que sea necesario, con las lágrimas que tengan que derramarse,
sean de felicidad o de llanto, sean de miedo o de placer.

Que el agua corra por los caminos de los cuerpos
que limpie la creatividad de nuestras mentes,
y descubra en el infinito de los universos, en una nueva mirada.

Volvernos a mirar, sin esperar encontrar un resultado,
con la infinita posibilidad del todo y de la nada,
de la vacuidad y de lo eterno.

Volver a entregarnos la cajita del corazón,
envuelta con el moño del color que más nos guste,
abrirlas frente al mar y darle alas,
para que vuelvan a volar su propio vuelo.

Monday, January 16, 2012

Serch

La última vez que lo vi, fue en el concierto de The Residents en el Lunario, se veía contento y me dijo: “Te trajeron, ¿verdad?” a lo que yo repliqué: “Pues en realidad yo lo traje a él, vi que iban a tocar y aunque en mi vida los he escuchado creo que me va a gustar por más loco que esté” y se rió. Yo iba con Carlos a ese concierto de música para locos, como le decía su mamá y él iba con sus amigos satelucos, incluyendo a los de Café Tacuba.

Ayer lo volví a ver, se veía radiante, sonriente, con una playera anaranjada y su saco de piel negra, su piel resplandeciente, como si emanara una luz amarilla brillante. Usaba sus lentes como siempre y se acercaba a mi sonriente con cara de travesura mientras me decía: “Tuve que llegar a cancelar mi mail, todo mundo pensó que andaba de parranda” y se reía, como un niño que hubiera robado unos dulces y lo cacharon sus papás. Como yo cuando una vez en la Papelera escolar vi unas canicas brillantes, hermosas en su bolsita de red en la caja, y así nomás se me hizo fácil agarrarlas y metérmelas en la bolsa de mi chamarra, minutos más tarde cuando llegamos al auto, mi yo interno, ese que no puede mentir y se mete en muchos problemas siempre por eso, me empujó a sacar la bolsa de canicas de mi bolsa para presumirla, yo venía sentada en la parte de atrás del vocho anaranjado de mis papás, y volteando a ver a mi mamá le dije: “¡Mira mami, qué bonitas canicas!”. Mi mamá enseguida me dijo: “¿De dónde las agarraste Moni?” y por supuesto con toda mi carota tuve que ir a devolverlas al gerente de la tienda, aceptando así mi culposa acción, a la fecha cada vez que hago una travesura, sé que tarde o temprano van a cacharme.

Como a Sergio, Serch hizo la travesura de morirse, un domingo a las quien sabe qué horas de la tarde o la mañana, lo único que supe fue que lo encontraron en su cama acostadito, con sus piernitas cruzadas y sus brazitos cruzados escuchando a David Bowie. Hace más de un año le habían robado su colección completa de discos, se habían metido a su casa, con conocimiento de causa por supuesto, y hurtaron los casi mil discos que tenía completitos en un mueble especialmente mandado a hacer para eso: Pink Floyd; The Who; The Cure; The Doors; Joy Division; The Residents; todos se fueron en ese robo. Era mi vecino, vecino de los Tacos del Villamelón y cada vez que pasaba por su casa pensaba en él. Fue todo un ejemplo de paciencia, humildad y luz en vida, no se la complicaba, no tenía great expectations, sólo era él, era, siempre era, siempre él, fue un maestro, no se da uno cuenta hasta que se van, pero fue un buda, que siempre tuve cerca y ahí estuvo… ayer lo volví a ver en mi sueño, me abrazó tan fuerte después de su travesura de morirse y se veía tan radiante, que hasta miedo nos daba en mi sueño decirle a la Chio que su muerte era una broma. En realidad era mi sueño, porque si que se nos fue, se fue de revén a otro mundo más bonito que éste donde la gente no se roba los discos de nadie.

Hoy me desperté contenta, cuando sueño con la gente muerta que se ve más bonita es que ya están bien, seguro está bailando con Ian Curtis en el cielo, echándose unas chelas y burlándose de lo mal que lo pasaban, cuando no lo pasaban bien por acá en la tierra. Descansa en paz, mi Serch, mi maestro.