Friday, February 08, 2013

Yo no soy mía.

Nunca lo he sido, soy de la gente que me ha amado; de las letras que he escrito; de las palabras que he hilado; soy de los pasos que he dado; de las puertas que he abierto y de las que he cerrado; soy de las bocas que he besado y de los brazos que he abrazado; de las manos que he entrelazado; soy de las sonrisas que he desatado y de las lágrimas que he enjugado. No soy mía, soy de esta tierra que con su imán y su locura me llevan al juego de la vida; que tampoco es mía ni me pertenece; no soy mi dueña; me parto en pedacitos de existencia y en los lugares sólo estoy de paso repartiéndolos; soy hija de la desconfianza y del juego; soy de la inmadurez y la rebeldía; soy de la inocencia y la estupidez; soy de la esperanza y la manipulación; de la gloria y la tristeza. Yo no soy mía y ni estas frases son de mis manos; ni de mi mente; ni de mi cabeza; ni de mis dedos; ni de mis ojos que las leen mientras las escribo; soy del mundo y sus ideas; de sus movimientos y espasmos; soy de la sociedad que me ha visto desvalorizarme para ser aceptada por mis complejos; soy de las ciudades y los campos; de las carreteras y los caminos; de sus edificios y sus casas; de los jardines inhabitados y los bosques talados; de los perros salvados y los atropellados; de los gatos envenenados y los acariciados; soy de los pájaros presos en jaulas y de los libres; soy de las nubes y de las aguas estancadas que forman charcos en las avenidas; soy de la noche; del día; del misterio; soy de mis padres; de mi hermana; de mis primos; de mis juegos; mis memorias; mis cartas de amor y mis poemas; soy de mis sueños y mis frustraciones, de mis luchas y mis rendiciones; soy de la muerte y de la vida que pasa por mis venas dejándome cada segundo el recordatorio de su pasajera existencia. Yo no soy mía, ni lo seré.