Tuesday, July 25, 2023

Rota

Rómpeme el corazón una vez más

Te di todos mis cuentos 

Te di todas mis carnes

Pensé por un momento que en tu vida

vendría a encender de luz a tu alma herida 

un leve polvo tibio de armonía y plenitud

Rómpeme en mil pedazos 

de los mil que ya estoy rota 

Ya no puedo ver mi canto 

ni mis risas ni mis rosas

Están todas olvidadas 

en recuerdos de la infancia, 

en rezagos de esa calma 

que en algún sutil momento 

conseguí hacerte sentir 

Te di todas mis cartas 

Te di todas mis calmas

Un día se me acabaron

 y terminé por sentir 

Una ansiedad por quererte

Una ansiedad que me quisieras 

Y quise ponerle nombre 

a aquello que no existe

Pensé por un momento que en tu vida

Vendría lindo quemar esas heridas 

de aquel pasado turbio y tormentoso 

Con un amor meloso lleno de falta de mal

Rómpeme en mil pedazos 

y dime mi amor aunque no me ames 

y hazme volar aunque no tenga alas 

y abrázame fuerte en tu pecho, 

aunque ya no tengas corazón.


Jul 13, 2023

(Temporary Backup) Libélulas en pleno septiembre

No sabía si era la caída del verano o la melancolía que por dejar la escuela comenzaba a invadirlo, Jaime estaba sentado en esa banca sin poder moverse desde hace más de media hora, todos sus amigos se habían ya despedido y corrían rumbo a los autos de sus madres o el transporte escolar que los esperaban para volver a casa y muy probablemente armar maletas para salir a una vacación familiar inolvidable. Para Jaime era distinto, su familia eran dos palomas mensajeras y un león enjaulado que le vivía en el corazón; sus vacaciones consistían en limpiar los baños del apestoso cine de su barrio, le habían vendido ese puesto laboral como el trabajo de sus sueños, en el que podría crecer hasta llegar a Gerente si aprendía primero a lavar bien baños; después a hacer palomitas y luego a cobrar los boletos en la arquilla del cine. Jaime o Jimmy como lo conocían en la escuela, también era conocido como el “limpiaculos” o el “limpiadorcito”, era bulleado por trabajar y estudiar, cosa que era comprensible por ser parte de una escuela privada en la que gracias a la beca que su padre le había heredado antes de morir -a través de un fideicomiso que casi le había costado la vida- podía estudiar la preparatoria.