Hoy estrené unos zapatos nuevos, tenían ya más de un mes guardados, los compré para esa "ocasión especial". Tengo la mala costumbre aprendida de mi madre de guardar las cosas para ocasiones especiales, las enseñanzas de la vida me han enseñado que no hay mejor ocasión especial que el día que se vive. Aunque sea un dos de octubre y los claxons de los autos, camiones y la energía de toda una nación traicionada por el poder opresor y las elites rebeldes sin causa pongan en caos su actividad productiva desde temprano. Mi día es mío y de nadie más, mi vida es mía y de nadie más, no pediré más opiniones, ni preguntaré qué harían ellos en mi lugar, no agitaré más mi mente traicionando mis propios pensamientos y principios, seré yo. Me estrenaré a mi misma, renovada, con un trabajo interno, por el placer de revestirme de mi misma cada día, como hoy con mis zapatos nuevos.
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