Monday, November 28, 2016

Aún hay gente buena en el mundo

Ayer me avisaron que ya está el coche que me asignaron, prestación que uno cuando es gerente tiene en las emprendas pedorras en algunos países de LatAm como México y Brasil. Yo no lo escogí, me lo escogieron, todos tenemos el mismo, un HRV. Tenía uno rentado desde hace tres meses, me indicaron que por mi pie y con ayuda del Waze tenía que ir a devolver el rentado a la agencia -en casa de la chingada todo by the way-, de ahí pedir un Uber e ir a la agencia Honda. Me desperté temprano, me como una naranja y me llevé una bolsita con almendras, arándanos, galletas para aguantar él hambre. Pase a la gasolinera, la única marca de gasolinera que acepta la tarjeta que me da la empresa para eso, porque cabe destacar que acá en Brasil no es como en nuestro rancho que solo hay Pemex, aquí hay Shell, BR, Ipiranga, Palácio Chino y varios más... Solo aceptan la chingada tarjeta en Ipiranga. 

Fui, llene el tanque, le indicó a mi novio Waze que me llevara a la agencia, la encontré después de dar varias vueltas pues está dentro de un centro comercial, entregue el coche, pedí mi Uber, me dirijo a la Honda, me hago amiga del del Uber, le dejo unos Mentos que había comprado en un semáforo a uno de los muchos desempleados qué hay en este país igual que en México, en su cajita de dulces que tiene por cierto muy bien hecha, quedamos de que el lunes me va a llevar al aeropuerto porque me voy a Chile una vez más de trabajo, todo bien, llego a la Honda, me reciben muy bien, me dan el coche, me explican y me dicen que tengo poca gasolina, que vaya directo a ponerle... Salgo de Honda, en Waze busco el Ipiranga más cercano, Avanzó unas seis cuadras largas siguiendo las indicaciones nerviosa con el juguete nuevo...En el semáforo pum!! Se apaga el coche, No prende, Me mientan la madre en portugués, Me bajo, les indico qu se descompuso, no lo puedo creer... en lo que artículo en mi cabeza que hacer, saco el manual del auto en donde el vendedor me había indicado minutos antes que venía un teléfono de emergencias, envalentonada en una zona que no conozco y que por cierto no es muy bonita, me dispongo a marcar... cuando se acerca un chico con look bling-bling a mi ventana y me pregunta que le pasó al auto, muy familiarizado con el sistema Honda me pide ver el tablero para descartar opciones, yo no puedo creer que me lo hayan entregado con tan poca gasolina que no me alcanzo para llegar a la gasolinera pero efectivamente así fue. Kevin era el nombre del chico que venía con sus papá en un Civic, tenía unos 26 años, me ayudan entre el y su papá a la pujar el coche para estacionarlo, lo dejamos afuera de una cerrajería y me lleva en su auto a comprar un bote de gasolina, desinteresadamente corta una botella de PET para usarla como embudo para meter la gasolina... me pregunta qué hago sola en Brasil y si tengo amigos, no puede creer que esté ahí sola... me dice que si quiero me invita a un show de música electrónica en la noche, que le de mi teléfono... conversamos en lo que volvemos al coche y reímos de mi aventura... llegamos al auto y su padre y el me ayudan a arreglar el desperfecto. Les pido que me guíen de vuelta a la gasolinera y así lo hacen amablemente, nos despedimos desde la ventana, nunca le di mi teléfono... agradezco infinitamente, me regreso a mi casa chillando todo el camino, marica... pero valiente a la vez. 

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