La vida

A los que sabemos que estamos aquí y que el aquí no es para siempre.
A los que sabemos que todo al final, no es más que una puesta en escena.
A los que casi por unanimidad podríamos tirarnos del precipicio con la confianza de que despertaríamos envueltos en sabanas de seda virtuales.
A los que sin entender las carreras por lo material, buscamos el detalle en la hoja del árbol, en el canto del pájaro, en el sonido de la lluvia.
A los que aún hacemos el amor por el placer de sentir al otro.
A los que nos reímos para adentro de las mentiras verdaderas de todos los días.
A los que no entendemos como la "Rebeldía" se ha institucionalizado con corbata y falda de cuadritos.
A los que no nos excita el oído musical escuchar "Za, za,za yacuza" en un antro.
A los que todavía nos sorprendemos con una mariposa emprendiendo el vuelo entre las sucias suprficies de dos microbuses malolientes.
A los que dejamos que todavía nos sucedan cosas sin planearlas, sin importar si está bien o mal.
A los que no estamos muertos en vida.
A los que no nos gusta alienar el corazón ni el espíritu.
A los que se nos llenan los dedos de palabras y aún así la rabia por no entender este mundo, se nos escurre todos los días en gotas de sudor.
A esos, nos toca con una mirada, una sonrisa, un gesto, a toda esa masa mitificada como el mundo invisible, devolverle la vida, la esperanza de verdad, no la puta esperanza que se vende bajo un cartel negriamarillo, porque el mundo invisible es visible, está ahí todos los días en el cachorro que nace en la basura y sobrevive jugando con desechos de comida, en la planta que surge en medio del asfalto, en la mariposa que vuela entre la superficie de dos mugrosos microbuses...no hay que ir tan lejos, sólo no hay que perder la fé, la vida está más allá de las mentiras, de las pancartas, de los encabezados, de las lejanías, la vida está adentro, que no se nos olvide.