Siempre he tenido la duda de si alguien lee lo que escribo en este sitio web, como de seguro no, me importa un bledo y voy a despotricar de la frustración creativa y profesional que siento en estos momentos. Aunque intenté que se me olvidará ayer en la noche y quize que nada ni nadie afectara la felicidad de mis fiestas de fin de año me fue imposible, tomé la decisión: Iba a enojarme.
Y explico por qué, como publicista, creativo, comunicólogo o como quiera llamarse lo que hago como actividad lucrativa en la vida, uno está sujeto a los berrinches, decisiones, perversiones y frustraciones sexuales de los llamados "clientes". Y lo digo con tal cinismo porque yo en un momento dado fuí cliente, sí estuve en dicha posición y creo que jamás dejé que mis malas noches de sexo afectaran mis decisiones laborales.
Hoy en dia llevando la publicidad de una importante y conocida marca de agua cuyo nombre empieza con "B" he pasado en menos de 2 meses, los ratos más incomodos como creativo, como persona y como mujer. Verdaderamente el manejo de dicha cuenta desde el departamento de mercadotecnia de la empresa "D" hasta los directivos de la agencia aquí internamente demuestran el mido al que estamos acostumbrados a dejar liderear nuestras vidas, de la indecisión de la que como mexicanos somos víctimas. La indecisión y la inseguridad doman la vida de los mexicanos, llega en derrama a nuestras vidas personales, laborales incluso a nuestros sueños personales y fantasías... en esta actividad parece que nadie tiene huevos, nadie tiene la valentía de darle un no al cliente, por razonable que dicha negativa sea, todo mundo está acostumbrado a agachar la cabeza por unos centavos, a perder su dignidad y dejar que le digan qué hacer, cómo hacerlo, a qué hora hacerlo, con qué estilo y hasta con qué cara, al final lo triste del asunto es un producto publicitario popular, barato, dirigido a gente de poco o nulo nivel intelectual, con poco o nulo conocimiento de diseño y con un call to action increíble o nulamente creíble.
Fascículos del día a día y nada que no pueda soportarse, finalmente si esos centavos que implican agacharse van a dar a mi cuenta bancaría con el nombre de salario y son los que me permiten subirme en la fiesta de año nuevo -en el salón de algún hotel pedorro del centro de la Cd. de México- a cantar "With or without you" de U2, qué mas da... arriba el servilismo que es la única forma en que parece funcionar este país, aunque uno tenga que decir de la forma más fea posible que tomar dos litros de agua al día por quince días es saludable.
Feliz Navidad.
